La idea inicial de construir el canal se
remonta a la Antigüedad, bajo el emperador Augusto, que después fue retomada
por Carlomagno, Francisco I y Enrique IV. El objetivo era construir un canal
fluvial para facilitar el transporte de mercancías, uniendo el océano Atlántico
y el mar Mediterráneo, sin tener que rodear España, ya que suponía realizar un
periplo de más de 3000 km. Con el canal, el transporte de mercancías sería más
rápido y evitaba los ataques de los piratas. Además, el estrecho de Gibraltar
estaba controlado por el Reino de Castilla.
Hubo que esperar al siglo XVII, con el reinado de Luis XIV para ver el
proyecto hecho realidad. Para evitar el paso por el estrecho de Gibraltar, Pierre-Paul Riquet, un modesto recaudador de impuestos de Bèziers, tuvo el sueño de unir el Océano Atlántico y el Mediterráneo a través de este río artificial, siguiendo el curso del río Garona, hasta Toulouse, para posteriormente llegar al río Ródano, y el Mediterráneo.Financiado inicialmente por el rey Luis XIV, se iniciaron las obras en 1666 y se necesitaron 12.000 hombres durante 15 años para excavar el trazado del Canal de 18 m. de ancho de media y 240 Km. de longitud entre Sète y Tolouse. Para conseguir el agua necesaria se desvió agua de los embalses de la Montaña negra, en el Macizo Central.
Debido a la magnitud faraónica de la obra (considerada como la mayor del S.XVII), Versalles dejó de enviar dinero, por lo que Riquet, que hizo de ingeniero, fontanero y de geólogo, tuvo que empeñar todo su capital, muriendo en 1680 sin verlo terminado. El 15 de Mayo de 1681 se abrieron las presas y el canal se llenó de agua en el trazado de Bèziers a Tolouse. En 1838 se iniciaron las obras de Tolouse al Garona, viéndose en 1848 hecho realidad el gran sueño de unir el Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico.
Durante 200 años fue un canal de transporte de mercancías, pero con la llegada de nuevas formas de transporte (como el tren) la utilización del canal disminuye considerablemente, dejando de ser competitivo, y cerrándose a este uso en los años 70 del siglo XX. En la actualidad, el Canal del Midi tiene una vocación únicamente turística, siendo el canal más antiguo de Europa, y declarado en 1996 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El canal está
bordeado de árboles, en algunas partes sólo en una orilla: plátanos, pinos,
cipreses y álamos, que ofrecen una sombra agradable a los viajeros que van por
el Canal del Midi en barco. A lo largo de su
recorrido se suceden puertos para amarrar los barcos y esclusas, cuyo paso es de pago, aunque pueden comprarse abonos según la duración de la estancia: desde una semana hasta todo el año. El Canal del Midi tiene 63 esclusas, 33 de las cuales son manuales y las otras automáticas.
El Canal del Midi puede recorrerse también
en bici gracias a los caminos paralelos que hay; es una forma de descubrir el
Canal del Midi que cada vez escoge más gente. Los recorridos son agradables,
variados, tranquilos – prohibidos a la circulación de vehículos con motor – y,
sobre todo, a la sombra, que se agradece en verano. Ideal para recorrer en
familia, con amigos o en solitario.
El terreno es bastante desigual: hay partes
de carriles bici (65 km) y caminos de tierra (182 km). Estos últimos pueden ser
muy anchos o muy estrechos, y en alguna parte, con grava que impide ir a un
ritmo rápido, y en otras partes, todo lo contrario. También pueden encontrarse
con partes que han desaparecido o que tienen falta de manteniento.
En el camino podrán pararse en bellos pueblos, monumentos como
los castillos Cátaros y paisajes de viñedos, con
bodegas de degustación de vinos. El recorrido está jalonado por bonitas etapas: la pequeña ciudad de Castelnaudary, con su gran estanque; la famosa ciudad fortificada de Carcassonne; el pueblo de Ventenac-en-Minervois, con su castillo y su bodega cooperativa; el pintoresco puertecito del Somail, con su puente de piedra de lomo de asno... No lejos de Castelnaudary, en Montferrand, se encuentra el umbral de Naurouze, que merece una visita. Es el punto más elevado del canal du Midi y está situado en la línea divisoria de aguas entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Con su arboretum, su estanque, el canal de agua procedente de la Montaña Negra y su obelisco en honor de Riquet, este lugar apacible invita a pasear.
PRINCIPALES PARADAS EN EL CAMINO:
Aquí les mostramos algunos de los lugares
por los que pasarán cuando naveguen por el Canal del Midi hacia el mar
Mediterráneo. Desde el límite de Naurouze (a 194 m.), punto de división de las
aguas del Mar Mediterráneo y las del Océano Atlántico, que está en la parte
occidental del Aude, hasta la Albufera de Thau, que está ya en Sete.
- Región del Lauragais (región natural desde
la zona este de Toulouse hasta Fanjeaux; es una llanura extensa situada entre
el macizo montañoso de La Piège y la Montaña Negra).
- Castelnaudary:
gran puerto en el Canal del Midi, conocida como la “ciudad rosa” por sus
numerosos edificios de ladrillo. También es la capital mundial del Cassoulet
(especie de cocido de aluvias). Desde Castelnaudary hasta Carcassonne
recorrerán el país Cataro, con sus impresionantes
castillos.
- Carcassonne:
famosa ciudad medieval declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad de la
UNESCO.
- Trèbes: el
acueducto de Orbiel, una bella obra de tres arcos por el cual el Canal
atraviesa el valle del Orbiel. Y el puente de la Roda, uno de los más
fotografiados del Canal del Midi.
– Puichéric: el
pueblo y la esclusa de Aiguille.
– El Epanchoir
de l’Argent-double: una bella represa, auténtica obra de arte de la
arquitectura.
– Roubia: un
bonito pueblo y un puente, además de gabarras originales.
– El puente
canal del Répudre y Ventenac: es el puente canal más antiguo.
– Epanchoir des Patiasses: represa
espectacular en período de crecida.
– Acueducto
sobre el río Cesse: no lejos de la unión con el Canal de la Robine.
– Fonsérannes
(cerca de Beziers): las famosas nueve esclusas, la obra más importante del
Canal del Midi por su proeza técnica y uno de los lugares más visitados del
Languedoc Roussillon, después del Pont du Gard y la ciudad de Carcassonne.
– Béziers: la
ciudad donde nación Paul Riquet, con la bella catedral de Saint Nazaire,
destaca por las las esclusas de Fonserannes y por el Acueducto sobre el río
Orb.
– La esclusa
redonda de Agde : un tipo de esclusa muy raro, única en el mundo cuando se
construyó, muy práctica ya que regula el curso de tres vías de agua (hay tres
niveles diferentes, el más alto es el que viene de Beziers, es que va hacia
Sete no es muy importante, pero el tercero, el que va hacia Agde, tiene un
desnivel brutal.
– Agde : una
pequeña ciudad no lejos del mar, construida en una antigua región volcánica. La
catedral de Saint Etienne fue construida con piedras basálticas, así como la
esclusa redonda.
– La Albufera de Thau : un pequeño mar
interior que separa el canal propiamente dicho de la ciudad de Sete.
– Sète
: tierra del famoso cantautor George Brassens, al que le encantaba navegar por
las aguas del Mediterráneo. El puerto viejo, los canales, los puentes y los edificios con bonitas fachadas de colores hacen que reciba el nombre de la Venecia de Languedoc. Sète es el primer puerto pesquero del Mediterráneo, y un destino predilecto para los sibaritas que aprecian los productos del mar..
– Canal del
Ródano a Sete: la prolongación lógica del Canal del Midi. Desde el puerto de
Sete seguimos camino hacia el Ródano, por el camino del estanque de Maugio,
llegamos a la imponente ciudad medieval de Aigues-Mortes, pasando por
la bella Camargue con sus paisajes de albuferas y
dunas, sus bellos flamencos, toros y caballos. Después, Saint-Gilles-du-Gard,
con sus hermosos paisajes, su puerto nuevo y su abadía del siglo XII. Luego
Bellegarde, Beaucaire y su puerto, y Tarascon, donde el Canal del Midi
desemboca en el Ródano, para finalmente llegar hasta el Mediterráneo.