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A CORUÑA - CIUDAD DE CRISTAL

  Aunque el origen de A Coruña podría estar en un antiguo asentamiento celta, la historia de la ciudad comenzaría a cobrar relevancia en la época romana, cuando el puerto coruñés se convirtió en un paso clave en las rutas de navegación. Testigo de la época es la Torre de Hércules, el único faro romano que todavía hoy sigue en funcionamiento y auténtico emblema de la ciudad. Declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el año 2012, fue construido a comienzos del siglo II bajo el mandato del emperador Trajano.
  A Coruña es una de ciudad que vive de cara al mar, y por este motivo su historia guarda también un estrecho vínculo con el Atlántico. Desde siempre, el puerto ha sido escenario de algunos de los más importantes acontecimientos históricos de la urbe, como la derrota en 1589 del corsario inglés Francis Drake gracias a la resistencia de los coruñeses encabezados por la heroína María Pita.

  Asimismo, la situación estratégica de la ciudad en el extremo noroeste de la Península, ha propiciado que su puerto siempre haya recibido gran número de navegantes y comerciantes que elegían este enclave por ser el primer contacto del Atlántico con la península, o que simplemente precisaban hacer una parada en su camino hacia el norte de Europa. Hoy en día sigue siendo un punto clave en la travesía de grandes cruceros que se dirigen a tierras bálticas, además de la importancia que sigue teniendo como puerto pesquero, uno de los principales de toda la península.


LA CIUDAD ANTIGUA


  El primitivo burgo medieval queda delimitado por la península coruñesa, si bien la zona más antigua que alberga la mayor parte de edificios históricos, conocida popularmente como “ciudad vieja” queda encuadrada dentro de las antiguas murallas, delimitadas por el Parrote, Jardines de la Maestranza, y acuartelamiento militar de Atocha.

Puerta de San Miguel
  De las murallas se conservan en buen estado los tramos del Parrote y jardines de la Maestranza, así como tres puertas que abrían la ciudad al mar a lo largo del Paseo del Parrote, declaradas bien de interés cultural, la puerta de San Miguel construida en 1607 frente al Castillo de San Antón, puerta del Clavo construida en 1676 en la Solana y puerta de la Cruz, construida en el mismo año frente al Palacio de la Capitanía General.
 También se conserva el baluarte conocido como la Fortaleza Vieja, construido como castillo defensivo fuera de las murallas en el siglo XIV y que en la actualidad se corresponde con el Jardín de San Carlos, que posee una privilegiada situación desde la que se observa, gracias a su mirador, todo el puerto de La Coruña. En este singular espacio tiene su sede el Archivo del Reino de Galicia, y entre su vegetación se puede visitar la tumba del general escocés Sir John Moore, muerto en la Batalla de Elviña en 1809 luchando mientras defendía el embarco del ejército inglés frente a las tropas napoleónicas francesas del general Soult.
  Un paseo por la ciudad vieja ofrece la posibilidad de hacer un viaje al pasado caminando entre las estrechas calles empedradas, y admirando las casas de porte antiguo con grandes ventanales de vidrieras típicas de la zona, así como las pequeñas plazuelas del lugar como la plaza de la constitución, plaza Azcárraga antiguamente conocida como praza da Fariña, lugar de reunión popular en el cual se vendía grano, y sede de muchas fiestas y ceremonias para el pueblo, o la preciosa plaza de Santa Bárbara, junto al convento del mismo nombre. 

  En la época de verano y hacia finales de julio se celebra todos los años el mercado medieval, sin duda el más bonito de cuantos se celebran en la zona, en cuanto a su belleza y tamaño. Se disponen puestos de todo tipo perfectamente ambientados, dedicados especialmente a la artesanía y gastronomía, desarrollándose también a lo largo del día gran cantidad de espectáculos en la calle: juglares, trovadores, caballeros o arqueros campan a sus anchas entre los paseantes interactuando con ellos, acercándonos un poquito más al pasado medieval de esta ciudad.

  Entre los monumentos religiosos que se engloban en la zona más antigua de la ciudad caben destacar: la iglesia de Santiago Apóstol, la Colegiata de Santa María del Campo y el convento de Santa Bárbara. 
Iglesia de Santiago desde la plaza de la Constitución
  La iglesia románica de Santiago del siglo XII, es la más antigua de la ciudad y monumento histórico-artístico. Con posteriores añadidos correspondientes a los siglos XIV y XV posee una amplia nave interior de arcos apuntados que alberga una escultura policromada del apóstol Santiago del siglo XIII.

  La Colegiata de Santa María del Campo es también de época románica, construida entre los siglos XII y XIII con posteriores influencias góticas, y uno de sus mayores atractivos es la visita al Museo de Arte Sacro que alberga el interior de este edificio, y que cuenta con obras de los siglos XII al XV.
  La Colegiata posee también a su entrada un cruceiro construido a finales del siglo XV. Los cruceiros son construcciones típicas de Galicia y Norte de Portugal, aunque pueden verse también en algunas zonas de Irlanda y Gran Bretaña, construidos generalmente en granito o piedra en lugares públicos o cruces de caminos para protección de los caminantes, santificando lugares relacionados con creencias paganas que son cristianizados con el propio cruceiro, y que cobraron su mayor desarrollo en el siglo XVII. 

  La presencia de estos elementos es normalmente de origen devocional, aunque no faltan los motivos rogativos, de alabanza o de ofrenda como causas de su construcción. Estaba financiada por alguna persona que pretendía ganarse su indulto o el de su parroquia ante los ojos de Dios, ofreciendo la construcción como voto para pedir la curación de enfermedades o protección ante una situación peligrosa. Con la misma finalidad de protección se levantan cruceiros en campos dedicados al mercado o en un lugares donde ocurrió algún acto violento para evitar que el alma errante de las víctimas pueda dañar a los viandantes.

  El cruceiro es por tanto un objeto sagrado así como el lugar donde se encuentra emplazado, si bien en la actualidad se siguen esculpiendo cruceiros, aunque su simbología se está perdiendo en cierta manera, respondiendo más a una función puramente decorativa.


  El Convento de Santa Bárbara, construido en el siglo XV, se encuentra asentado sobre una antigua ermita dedicada a Santa Bárbara. Es de admirar la pequeña plazuela a la entrada del convento, que también posee un hermoso cruceiro.


  Muy cerca del Convento Santa Bárbara, en el nº 28 de la calle Herrerías, podemos encontrarnos la Casa Museo María Pita, que recoge la historia de esta heroica mujer y personaje más famoso de la historia coruñesa que en su lucha contra Sir Francis Drake, en un acto de valor arrebata la bandera inglesa y logra subir el ánimo de los coruñeses en este episodio histórico, recordado todos los años durante la celebración de las fiestas de la ciudad en la conocida como batalla naval. Este espectáculo pirotécnico desarrollado en el mar hacia mediados de agosto, refleja la victoria que en 1589 cosechó la ciudad, de la mano de María Pita, tras sufrir el asedio del pirata inglés Francis Drake y su escuadrón formado por ochenta navíos. Los coruñeses se defendieron atrincherándose en la Puerta Real e incluso María Mayor Fernández, conocida como María Pita, defendió la ciudad evitando que se plantara la bandera británica cuando los ingleses atacaron la ciudad por varios puntos a la vez, intentando entrar por una grieta de la muralla en la Ciudad Vieja, dando muerte al oficial inglés que portaba la enseña, y con ello consiguiendo un gran éxito que llevaría a la victoria final de los coruñeses.
  Otro edificio religioso reseñable en la ciudad vieja es la iglesia del Convento de Santo Domingo. Construida entre 1763 y 1787 en el lugar que anteriormente ocupaba otra iglesia más antigua, es de planta de cruz latina, con una sola nave y crucero. En el exterior llama la atención la esbelta torre que corona su fachada principal, que si bien se dice que está ladeada o torcida, no es así, siendo la fachada la que realmente está movida, quizás para alinearla al edificio de la moneda, al cual se encuentra unido. Su interior destaca por albergar la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad, y que cada día 7 de octubre sale en procesión por las calles.
  Otro monumento que no debemos dejar de visitar en nuestra visita a A Coruña es sin duda el Castillo de San Antón. Este castillo construido originalmente en una isla que poseía una ermita dedicada a San Antón, formó parte junto con el Castillo de Santa Cruz y el Castillo de San Diego, de una red estratégica de castillos y baterías para defender la ciudad de A Coruña frente a las tropas invasoras.

  Su construcción comenzó el año 1587, siendo utilizado como edificio defensivo, si bien posteriormente pasó a utilizarse como prisión, e incluso puntualmente como lazareto para aislar a los marineros que llegaban a la ciudad afectados de alguna enfermedad infecciosa. A partir de 1960 pasó a utilizarse como museo, uso que se le sigue dando actualmente.
  El museo alberga objetos de arqueología como: orfebrería protohistórica, megalitismo, Edad de Bronce, cultura castreña, romanización y distintos aspectos de la ciudad, siendo el coste de la entrada de 2 euros.


  En la planta baja, antiguas dependencias de la guarnición del castillo, se exponen piezas de los diversos períodos de la Prehistoria e Historia Antigua de Galicia, procedentes en su mayor parte de excavaciones arqueológicas en yacimientos de la provincia. Mención especial merece la colección de orfebrería pre y protohistórica, con piezas tan notables como el casco de la Edad del Bronce de Leiro, los torques de Xanceda, el "tesoro de Elviña" o el conjunto de orfebrería calcolítica de Cícere (gargantilla de tiras, diademas y otras piezas).

  En la planta alta, que ocupa la llamada Casa del Gobernador, residieron no solo gallegos ilustres, como Juana de Vega y su marido el General Mina, sino también antecesores de otros como Francisco Vázquez que llegaría a ser alcalde de la ciudad. En él sufrieron encarcelamiento presos ilustres, como Malaspina, Macanaz o Porlier.

  Saliendo de este castillo, y tomando el paseo a lo largo del Parrote, bordeamos la antigua muralla romana, por el exterior de la ciudad vieja, pudiendo contemplar de un lado el suntuoso hotel Hesperia Finisterre con sus instalaciones de La Solana, y al otro lado el puerto de A Coruña, con su trasiego de barcos que van y vienen a faenar en la mar, multiplicándose hacia la llegada de la tarde y noche que retornan a tierra para vender las capturas del día.

  Continuando en esta dirección nos topamos con una de las estampas más típicas de la ciudad que la hacen merecedora del apelativo de “ciudad de cristal”, como es la conocida galería de la marina. Si bien la mayoría de construcciones más antiguas de la ciudad poseen grandes ventanales blancos con vidrieras para una mayor entrada de luz e iluminación interior, en esta parte la concentración es aun mayor, siendo por ello declarada como el mayor conjunto acristalado del mundo.
  Detrás de estas viviendas que constituyen la Marina se encuentra otro enclave principal de la ciudad, el Palacio municipal. Construido en la conocida plaza de María Pita entre 1908 y 1912 en un estilo modernista, en su primera planta se encuentra la zona noble, que cuenta con varios salones, el Rojo, el Azul y el Dorado, éste último, con relieves en el frente de los asientos, que relatan los hechos históricos más importantes de la ciudad. También en esta primera planta se encuentran el Museo de los Relojes y la Galería de los Alcaldes, un pasillo donde cada uno de los alcaldes de la ciudad tiene su retrato, cada uno de un autor y un estilo diferentes.
  Destacan en esta primera planta el despacho de la Alcaldía, y las salas de reunión de concejales, con magníficas pinturas de artistas gallegos, así como también la escalinata de honor que comunica la Alcaldía con el Salón de Plenos. La segunda planta alberga oficinas y despachos, y el ático lo ocupaba antiguamente la casa del conserje.

Iglesia de San Nicolás
  En la fachada hay talladas cuatro estatuas de piedra blanca que representan las cuatro provincias gallegas A Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra. En la parte superior se puede ver el escudo de la ciudad flanqueado por dos matronas que para unos significa Paz e Industria y para otros Trabajo y Sabiduría, además de una leyenda con la siguiente inscripción: "muy noble y muy leal ciudad de La Coruña, cabeza, guarda y llave, fuerza y antemural del Reino de Galicia".

  En la Torre más alta, la central, se alberga el reloj y las campanas hechas de una aleación de bronce y estaño que pesan más de 1.600 kilos.

  Muy cercano al edificio consistorial se encuentran las iglesias barrocas de San Jorge y San Nicolás, ambas erigidas a principios del siglo XVIII. A este mismo estilo y época corresponde la iglesia de las Capuchinas, rematada con una bella fachada de estilo barroco compostelano.
  Para finalizar la visita a la ciudad más antigua, nos deberemos desplazar un poco del casco histórico y dirigirnos hasta el Parque Escultórico de la Torre de Hércules, un museo al aire libre en el que se pueden contemplar más de 15 obras de importantes artistas del siglo XX en un gran espacio natural. Aquí se encuentra el que sin duda es el monumento más característico de la ciudad, no sólo por su longeva edad e historias que le acompañan, sino por ser un elemento que transmite perfectamente la esencia de la ciudad. La fuerza del mar y del viento en esta parte del Atlántico, sobretodo en las duras épocas invernales, han hecho que un antiguo faro romano se haya convertido en elemento indispensable para la navegación, y vigía incansable convertido en patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2009.
  La Torre de Hércules tiene el privilegio de ser el único faro romano y el más antiguo en funcionamiento del mundo. Construido en el siglo I d.c. Como faro de navegación durante los reinados de NerónVespasiano, la torre perdió su uso marítimo durante la Edad Media al convertirse en fortificación. Durante el reinado de Carlos III se realizó una reconstrucción completa, hasta finalizar en 1791 con la última restauración que configuró su actual forma, bajo la dirección de Eustaquio Giannini.

  Cuenta la leyenda, recogida en la Crónica General de Alfonso X en el siglo XIII, que existía en estas tierras un gigante llamado Gerión que tenía aterrorizados a todos sus habitantes, hasta que un día
 acude en su ayuda Hércules, hijo del dios Zeus, que se enfrenta al gigante durante tres largos días.

Tras una dura lucha, Hércules vence y mata a Gerión, cortándole la cabeza y mandando construir una torre sobre ella conmemorando su victoria.

Se dice que la primera persona en habitar esas tierras ya libres fue una mujer llamada Crunna, cuyo nombre bautizaría la nueva ciudad.

Desde 1448 en el escudo de A Coruña aparecen representadas la Torre de Hércules y la calavera del tirano Gerión, que según esta leyenda se encuentra bajo la torre.

  En el año 2008 la Torre de Hércules se hermanó con la Estatua de la Libertad, habida cuenta de los lazos de unión de estos dos monumentos a ambos lados de Atlántico. Los hechos que vinculan A Coruña con Estados Unidos fueron la importancia del puerto coruñés en el suministro logístico a las colonias durante la Guerra de la Independencia, la expedición que llegó a la isla de Manhattan, los emigrantes que dejaban atrás la Torre y eran recibidos por la Estatua de la Libertad y la estancia de dos presidentes de los Estados Unidos de América en A Coruña, entre otros vínculos.


LA CIUDAD MODERNA

  A Coruña es una ciudad con un gran pasado histórico, pero sobretodo es una ciudad moderna, que con la densidad de población más alta de España propicia que tenga que crecer de manera vertical, debido al reducido espacio de su término municipal. Es además una ciudad en constante movimiento y que tiene gran cantidad de edificios y equipaciones modernas, con multitud de centros comerciales de todo tipo, algunos de ellos dedicados en exclusiva al ocio y restauración.


  Entre los equipamientos culturales de que dispone podemos destacar el Palacio de la Opera (antiguo palacio de congresos), los teatros Colón y Rosalía de Castro, el Coliseum o el Recinto ferial, entre otros. Además cuenta con 25 salas de exposiciones entre las que destacan las dirigidas por las fundaciones que acoge la ciudad como la Fundación Barrié de la Maza o la Fundación Luis Seoane.

  En el largo paseo marítimo coruñés aparecen otras citas culturales destacadas. El Acuarium Finisterrae o casa de los peces, situado cerca de la Torre de Hércules, alberga uno de los acuarios más importantes de España, además de incluir salas de exposiciones interactivas relacionadas con el mar.

  El ser humano es el tema central de la Domus o Casa del hombre, ubicado en un edificio futurista diseñado por el arquitecto Arata Isozaki, posee una cubierta exterior capaz de cambiar de color en función de la luz del Sol. En su interior, diversas salas interactivas muestran al hombre desde un punto de vista multidisciplinar.


  El museo de Bellas Artes, que se asienta en el antiguo convento de Las Capuchinas, presenta numerosas obras procedentes del Museo del Prado, consistentes en Pintura española, europea del XVI al XX, y pintura gallega del XIX y XX. Expone también una amplia colección de grabados de Goya, Rubens y Murillo, así como piezas de cerámica de Sargadelos (típicas de Galicia).

  Podemos también realizar una visita literaria a la Casa Museo Emilia Pardo Bazán, o incluso hacer la ruta dedicada a Picasso, ya que aunque muchos no lo sepan, Pablo Picasso residió cuatro años en la ciudad entre 1891 y 1895 durante el apogeo modernista. En ella y a pesar del cambio que suponía abandonar su Málaga natal, se sintió cómodo y realizó su primera exposición, forjándose como gran pintor universal del siglo XX.

  El recorrido museístico se puede completar visitando la Casa de las Ciencias, situado en el Parque de Santa Margarita, uno de los espacios verdes más importantes de la capital. Destaca en él el Planetario, mientras que su exposición permanente aborda los principios científicos, tecnológicos y del mundo natural de una manera interactiva.
  En cuanto a la oferta de ocio, la ciudad ofrece innumerables opciones en cuanto a tiendas, centros comerciales y locales de restauración. Podemos comenzar este paseo desde la céntrica calle Real, que si bien se encuadra todavía en la parte antigua y centro de la ciudad, es el lugar de más bullicio y actividad comercial. Es frecuente ver la calle completamente llena de gente que pasea y visita las conocidas tiendas de ropa, y que se toma algo en uno de los múltiples establecimientos hosteleros del lugar, y no sólo en esta calle, sino también en las cercanas calles de Olmos, Galera, Barrera, Franja, Riego de agua, o incluso en Avenida de la Marina, en primera línea de costa. Aquí podremos degustar los más típicos manjares de la zona, acompañados de los mejores vinos, y siempre a precios populares. Existen muchos establecimientos que perduran generaciones y que son muy conocidos por los coruñeses como La Bombilla o El Serrano con sus míticos calamares, situados ambos en la calle Galera. También en esta calle encontramos Bonilla a la vista, otro mítico coruñés del chocolate con churros, ideales para resistir el duro invierno.

  El final de la calle Real, y comienzo de la parte más moderna de la ciudad lo marca el Obelisco. Este monumento, construido en 1895 en memoria del diputado, senador y ministro compostelano Aureliano Linares Rivas, durante la regencia de María Cristina, realmente no se trata de un obelisco, sino más bien de una columna conmemorativa, aunque siempre se ha adoptado esta denominación. Se decidió darle además utilidad pública, dotándolo de reloj y aparatos meteorológicos como veleta, y en la base del monumento se instalaron grabados en placas de bronce los datos geográficos y climáticos extremos de la ciudad.
  A su lado, los jardines de Méndez Núñez, se crearon en el siglo XIX en el relleno ganado al mar. Fueron inaugurados en el año 1868 y eran conocidos como Jardines del Ensanche. En 1871 se decidió darles el nombre del marino gallego Casto Méndez Núñez y posteriormente se levantaron los edificios que rodean el espacio arbolado. Junto a este parque  están ubicados emblemáticas edificaciones coruñesas como el Kiosco Alfonso (sede de exposiciones temporales, la más importante celebrada anualmente es “viñetas desde o Atlántico” que trata el mundo del cómic) y la terraza, sede de Rtve., todos ellos edificios de estilo modernista.
  Pero el principal punto de encuentro de los coruñeses a pesar de toda esta amplia oferta de locales y lugares por los que caminar es sin duda el paseo marítimo coruñés. Debido a la configuración que tiene A Coruña en forma de Itsmo, gran parte de su territorio se encuentra rodeado de mar. Esto propicia que la ciudad tenga el paseo marítimo más largo de Europa con 10 kilómetros de largo. Merece realmente la pena realizar todo su recorrido pues el trayecto nos lleva por muchos de los puntos de interés de la ciudad, y si bien hasta hace poco tiempo existía un tranvía turístico que realizaba toda esta ruta, actualmente está en desuso por motivos económicos.
  El paseo marítimo de A Coruña e inicia en la Marina, discurriendo a través del Parrote y Castillo de San Antón llegando hasta el puerto deportivo, con la estampa de la Torre de salvamento marítimo sobre el cielo y el largo rompeolas. Siguiendo por los jardines de la Maestranza, pasaremos por San Amaro y su playa, caminando hasta Punta Herminia luego de atravesar los menhires de la paz y el monumento en forma de caracola, justo al lado del enclave en el cual tuvo su hundimiento el petrolero “Mar Egeo”. 



  Continuando por el parque de la Torre de Hércules llegaremos hasta el Aquarium Finisterrae, y Casa del Hombre o Domus. Una vez aquí tendremos una espléndida panorámica de la ciudad con la imagen de las playas de Orzán y Riazor, así como el estadio de fútbol al fondo. Estas dos playas son las más concurridas por los coruñeses que en verano acuden a refrescarse en sus aguas, y poseen bandera azul con todos los servicios necesarios, si bien no son las únicas de la ciudad, pues existen otras aunque de menor entidad.

  Si hemos sido capaces de atravesar estas dos playas podemos continuar hasta llegar al millenium, un obelisco construido en el año 2000 e inaugurado con el nuevo milenio, que recoge en sus vidrieras los momentos más destacados de la historia coruñesa, y que por la noche se ilumina creando una bonita escena.
  A pocos metros de este millenium se encuentra el ascensor panorámico que asciende hasta el monte y parque de San Pedro. Merece la pena la subida no solo por las impresionantes vistas que se ofrecen tanto en el trayecto como en el mirador, sino también porque el parque superior es un antiguo recinto militar rehabilitado, que todavía conserva sus cañones, bunkers y demás elementos militares. Posee también un restaurante-cafetería, un pequeño jardín botánico, y un laberinto vegetal.

  Ya para finalizar el recorrido, el paseo marítimo llega hasta el Portiño y parque de Bens, que aunque apartado del centro urbano, es la mayor zona verde de la ciudad. Fue construido en 2001 en terrenos antes ocupados por el antiguo vertedero de Bens, tras su polémico hundimiento. Posee unas excelentes vistas de la costa, divisándose en días claros las islas Sisargas. Consiste en una gran extensión de césped equipada con dos estanques, rutas de senderismo y un parque infantil.

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